viernes, 31 de octubre de 2008

Manu Chao convulsiona Milán

http://www.indyrock.es/manuchao.htm


Foto: AP - Ideal
Concierto con 100.000 espectadores contra el G-8
Roma, 22 jun. (COLPISA, Iñigo Dominguez)

Una muchedumbre de 100.000 personas abarrotó la noche del jueves la plaza del Duomo de Milán para asistir al concierto gratuito que ofreció Manu Chao en el día de su cumpleaños y que se transformó en un multitudinario acto contra la próxima cumbre del G-8, en Génova.

El ex líder de Mano Negra, de 40 años, se ha convertido en un auténtico ídolo en Italia y no sólo porque su último trabajo ocupa el número uno de la lista de los discos más vendidos, sino porque en el país de las modas ha sido encumbrado como símbolo de los movimientos antiglobalización.

El premio Nobel Dario Fo lo ha definido como "genial" y el más prestigioso diario, 'El Corriere della Sera', dedicó el jueves una página entera a analizar el "fenómeno", compararlo con Bob Marley y describirle como representante de una nueva raza de intelectuales comprometidos.
Manu Chao catalizó perfectamente en el concierto la fiebre contestataria a la que prestan atención estos días los medios y la opinión pública tras los sucesos de Goteborg y ante la cita del G-8 en Génova del próximo mes de julio. Un evento que, a la vista de síntomas como el recital de Milán, preocupa enormemente a las autoridades italianas.

Cóctel de protesta

El artista parisino, hijo de españoles exiliados, desplegó toda la energía de su banda ante un público enloquecido y mezcló en el recital los habituales ingredientes del cóctel de protesta: recuerdo a los zapatistas, ecología, legalización de las drogas y, estando en Italia, críticas irónicas a Berlusconi. Con un discurso de 'il Cavaliere' como fondo, Chao le dio la réplica con la canción 'Parole, parole' ('Palabras, Palabras') de Mina.

Tras entonar 'Clandestino' y 'Welcome to Tijuana', al son de la canción 'Mentira' aparecieron en escena diez 'tute bianche' -los 'monos blancos', denominados así por su vestimenta, que acuden a las 'contracumbres'- y llamaron a la multitud a movilizarse hacia Génova y "hundir el G-8". Después Manu Chao aceleró su arrolladora máquina de reggae, ska, pop y ritmos mestizos con temas de Mano Negra y cerró en medio del delirio más de dos horas de concierto.

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